Titoli di Stato area non Euro ARGENTINA obbligazioni e tango bond (12 lettori)

tommy271

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Los inversores comenzarán la semana atentos a la estrategia del ministerio de Hacienda para estirar plazos de la deuda en pesos

Por Luis Beldi
20 de enero de 2020









Esta semana estará dominada por la deuda del gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires. Habrá dos instancias clave. La primera será el lunes y la segunda entre el martes y el fin de semana próximo.

Por supuesto, los inversores vivirán tensiones porque afecta a los bonos en pesos y en dólares con legislación de Nueva York -los más difíciles de manjar- y pueden ser un anuncio de lo que vendrá cuando se renegocie toda la deuda con vencimiento local y en el exterior.

El lunes, el gobierno intentará postergar por siete meses el vencimiento de $ 214. 261 millones. Estos bonos vencen en febrero y abril, pero quiere renovarlos y que se paguen en setiembre y diciembre.

Si logra que los nuevos bonos que reemplazarán a los que vencen sean aceptados por la mayoría de los inversores, habrán dado un paso clave porque descongestionarán los vencimientos cortos antes de sentarse a negociar con los acreedores la deuda. En otras palabras, se sentarán a la mesa con más fichas para apostar.

El título que se ofrecerá para reemplazar al que vence en febrero y se pagará en setiembre otorga tasa Badlar más 4 puntos. La Badlar es la tasa promedio que se paga por plazos fijos de más de $ 1 millón a 30 días. El viernes estaba en 36,12%, es decir que pagará por esa deuda inicialmente 40,12%. Por supuesto, el monto se irá ajustando mes a mes de acuerdo al valor que vaya adquiriendo la Badlar hasta el día de su vencimiento. El título que vence en diciembre pagará Badlar más 5,50 puntos (43,12%. anual).

El mercado será el juez de esta intención del Gobierno de mejorar el perfil de la deuda en cuanto a plazos y de bajar la tasa de interés en moneda local que está pagando
Pero los test no terminan acá. El martes, Axel Kicillof deberá saber si junta la masa crítica de 75% de los acreedores de BP21 para poder reperfilar su vencimiento. En otras palabras, pagar primero los intereses y el capital a fin de mayo cuando la deuda nacional ya esté renegociada. Si no consigue, la masa crítica, algo muy probable porque los acreedores están muy atomizados, el 26 de enero deberá pagar el bono en su totalidad o caer en default.

Un default de un bono de la provincia afecta al resto de los bonos emitidos y contagia a los bonos nacionales que perderían confianza y aumentaría el riesgo país. Todas las fichas que pudieran ganar el lunes, no servirán si esta negociación fracasa.

Por su parte, el riesgo país del viernes subió apenas 1% a 1.838 puntos. Si este indicador sirve como guía, se puede adelantar que en el mercado hay tensión.

Los precios del dólar libre estuvieron en calma y siguen en $ 78. Los dólares alternativos tuvieron otra suba leve de 0,5% en el dólar Bolsa y de 1,7% en el contado con liquidación. Pero el dólar que observa el mercado es el que cotiza en la Bolsa porque es el de más movimiento. Los dólares alternativos mueven alrededor de USD 70 millones diarios.

El dólar oficial estuvo tranquilo y el Banco Central pudo comprar USD 120 millones en el mercado mayorista e incrementar sus reservas en 117 millones a USD 45.486 millones.

La Bolsa cerró casi neutra y fue una demostración de que nadie salió de las inversiones de riesgo.

No es un panorama de grandes augurios, pero tampoco muestra temores por lo que se puede decir que el gobierno puede aprobar el examen de manera ajustada y satisfactoria y que se puede alejar de la posibilidad de un default bonaerense.

Los inversores comenzarán la semana atentos a la estrategia del ministerio de Hacienda para estirar plazos de la deuda en pesos
 

tommy271

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La consultora estima 3 por ciento en enero

Anticipan alta inflación en primeros meses






La inflación será mayor a 3 por ciento en enero y seguirá elevada los primeros meses del año, en un contexto de arrastre de alzas de precios, una economía en recesión y altos niveles de deuda, según un informe de Ecolatina.

“La suba de precios persistió elevada a lo largo de diciembre y enero, donde la inflación mensual no bajará del 3 por ciento, acumulando más de 6,5 por ciento en el primer bimestre. En resumen, al menos durante los primeros meses del nuevo gobierno la inflación seguirá elevada”, señaló la consultora.

“Para desacelerar la inflación, el gobierno congeló las tarifas de servicios públicos a lo largo del primer semestre de este año. “El 1 por ciento del PBI de gasto que aumentarán los subsidios por este congelamiento será más que compensado por casi 2 por ciento del PBI que sumará el endurecimiento impositivo, de ahí el optimismo de los tenedores de deuda", señala el informe.

Según el documento, las medidas adoptadas por el gobierno actual “moderarían la inflación anclando dos de los principales costos de las empresas. Sin embargo, pese a estas políticas, la suba de precios persistió elevada a lo largo de diciembre y enero”, derivado del arrastra inflacionario de la administración anterior. El 2019 finalizó con la tasa de inflación más alta desde 1991, cuando el país se recuperaba de su última hiperinflación.

Respecto de la deuda, la consultora se manifiesta optimista: “Mirando la trayectoria del riesgo país y la descompresión de los mercados financieros, hay espacio para ser optimistas. Haciendo foco en el margen de error y en los delicados equilibrios sobre los que estamos parados, el mismo se desvanece. Ojalá que prime el primer punto; de lo contrario, la crisis que nos azota desde hace más de dos años se agudizará”, concluyó el informe.

Anticipan alta inflación en primeros meses | La consultora estima 3 por ciento en enero
 

tommy271

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La confluencia de intereses de Argentina, el FMI y acreedores privados para una rápida refinanciación de la inmensa deuda heredada del macrismo

Kristalina Georgieva peronista: impuestos progresivos y más gasto social

Los postulados de la titular del FMI sobre la desigualdad. La negociación de un nuevo acuerdo con Argentina. Las condiciones para la reestructuración de la deuda con acreedores privados del exterior. El papel de Estados Unidos.

Por Alfredo Zaiat







El gobierno de Alberto Fernández adelantó que no repudiará la deuda contraída por la administración Macri con el FMI y con acreedores privados, y que pretende liderar una veloz y amigable renegociación de esos pasivos.

La tecnoburocracia del Fondo Monetario quiere cerrar rápido un acuerdo con Argentina para, de ese modo, dejar atrás su (ir)responsabilidad de financiar, con el préstamo más grande de la historia del organismo, el fiasco político y económico de Macri.

Los acreedores privados están ansiosos por concretar pronto una redefinición de las condiciones de la deuda argentina para evitar pérdidas aún más abultadas de las padecidas con el macrismo, y poder entonces comenzar un nuevo ciclo de negocios.

En la confluencia de esos intereses se delimita el territorio del crucial frente de la deuda. Esta coincidencia no significa que hasta alcanzar el objetivo final, o sea el cierre de los respectivos acuerdos, no haya eventos que puedan alterar el ánimo de cada una de las partes.

Pero resulta evidente que existe voluntad de los principales protagonistas de evitar que el actual default virtual se transforme en uno descontrolado, con costos inmensos para la economía argentina, para la reputación y finanzas del FMI y para el patrimonio de los grandes fondos y bancos de inversión de Wall Street.

La presencia de estudios de abogados junto a fondos buitre rondando alrededor de la deuda argentina, los rumores interesados que se distribuirán en solícitos medios de comunicación sobre el ritmo de las tratativas y movimientos especulativos con las paridades de los bonos serán el contexto de una negociación que involucrará miles de millones de dólares.

La clave será no caer en esas trampas de confusión puesto que existen intereses divergentes, en especial entre los propios acreedores privados, e incluso los que pueden aparecer entre los técnicos del FMI y la geopolítica de los Estados Unidos de Trump.

A favor de la posición argentina es que la actual titular del FMI, Kristalina Georgieva, comparte los principales postulados económicos y sociales del gobierno de Alberto Fernández: cobrar más impuestos a los sectores de mayor capacidad contributiva, transferir más recursos a los grupos sociales que se ubican en la base de la pirámide de ingresos y aumentar, si es necesario, el gasto social.

Con esas ideas Georgieva estaría en condiciones de afiliarse al peronismo pero, se sabe, la última palabra en el Fondo la tiene Estados Unidos.


En el Vaticano


Georgieva afirmó en Davos, Suiza, que "hemos tenido interacciones muy constructivas hasta ahora con el nuevo liderazgo en Argentina. Hablé con el Presidente, con el Ministro de Hacienda y ahora con el staff que trabaja con el equipo de Argentina”. Para agregar que “estamos buscando hacer lo que podamos para ayudar a Argentina. Estamos de acuerdo con la necesidad de restaurar la economía y abordar el aumento de la pobreza que ha afectado negativamente a muchos argentinos”.

El próximo 5 de febrero estará en el Vaticano como panelista en un seminario que organiza la Pontificia Academia de la Ciencias Sociales llamado "Nuevas Formas de Fraternidad Solidaria de Inclusión, Integración e Innovación". Del encuentro participarán también el ministro de Economía, Martín Guzmán, y su mentor el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Georgieva encabezará el panel "Transformación de las reglas de la Arquitectura Financiera Internacional".

El tema de la deuda será uno de los ejes de la convocatoria. El folleto de difusión cita una frase del Papa Juan Pablo II para contextualizar ese debate: "Muchas naciones, especialmente las más pobres, se encuentran oprimidas por una deuda que ha adquirido tales proporciones que hace prácticamente imposible su pago".

El caso argentino no califica como "naciones más pobres", pero sí en que no está en condiciones económicas de pagar su abultado stock de deuda.


Acuerdo


Entre las elecciones PASO y de primera vuelta, el entonces candidato Alberto Fernández afirmaba que no era necesario un acuerdo con el FMI. Luego de ganar en forma contundente por una diferencia de 8 puntos sin necesidad de competir en un ballottage, en el período de transición, anunció que no pediría el saldo del préstamo del Fondo por unos 11 mil millones de dólares.

Los acreedores privados reclaman un acuerdo con el FMI para avanzar en la modificación de las condiciones de emisión de los títulos públicos. Sin un nuevo programa con el Fondo no hay margen para un plan de alivio de la deuda privada. Estos acreedores afirman que sólo de ese modo pueden confiar –por la auditoría del Fondo- del compromiso del país para el cumplimiento de un sendero fiscal y monetario que les brindaría tranquilidad de cobrar los intereses y capital de la deuda.

En esa instancia, con un staff técnico del FMI que ha quedado descolocado con el financiamiento al fracaso macrista, la posibilidad de un acuerdo es más probable. Existe una confluencia de factores que lo impulsan, con uno solo que puede entorpecerlo: los Estados Unidos de Trump.

No sería necesario el cierre de un acuerdo formal para avanzar en la reestructuración de la deuda con los acreedores privados del exterior, pero sí habrá una demanda de un apoyo explícito del FMI al programa argentino. Las declaraciones de Georgieva van en ese sentido.

El Fondo avala la renegociación de la deuda con acreedores privados, promoviendo incluso una quita en el monto a pagar por intereses y capital. Como acreedor privilegiado, el FMI recomienda la consolidación de las cuentas públicas, primero para garantizar el cobro de sus acreencias y luego los pagos al resto de los acreedores, además de considerar el equilibrio fiscal como una política de sustentabilidad macroeconómica.

En ese tránsito de mejorar las cuentas públicas, el Fondo ha modificado un poco su visión ortodoxa, en especial sobre cómo alcanzarlo. En décadas pasadas, con sus tradicionales ajustes recesivos recomendaba que la carga impositiva adicional sea en los tributos de fácil recaudación, como el IVA o las retenciones al complejo agropecuario. Ahora no es terminante y deja a los responsables del área económica definir cómo conseguir más recursos, incluso empezó a sugerir la aplicación de una mayor progresividad tributaria.

Por ese motivo las medidas económicas iniciales de Fernández no fueron rechazadas por el FMI, lo que quedó explicitado con la afirmación de Alejandro Warner, director del Departamento del Hemisferio Occidente y encargado del caso argentino, referida a que el gobierno se "va moviendo en una dirección positiva".

En ese contexto, el Gobierno busca cerrar un acuerdo o un apoyo enfático del FMI que le permitiría una renegociación más cómoda con los acreedores privados.


Plan


Con el gobierno de Macri, el FMI regresó como financista directo de Latinoamérica con el tradicional stand by, comenzando un nuevo ciclo en la región de préstamos condicionados. Recuperó de ese modo el papel de auditor de las políticas económicas en función de garantizar, fundamentalmente, el pago de intereses y capital de la deuda externa. Con mucha más dedicación y preocupación ahora luego de haber entregado un insólito préstamo a Macri por 57 mil millones de dólares.

Como se sabe, el FMI es un organismo multilateral y los accionistas son 189 países miembros, siendo Estados Unidos el principal con el 16,5 por ciento del capital. Estas características exponen que no es viable declarar la cesación de pagos de esa deuda porque se la estaría haciendo a todos los países, en especial a las potencias económicas. En caso de hacerlo, el país se convertiría en un paria financiero y comercial, sin posibilidad de tener vínculos con el resto del mundo.

Ante estas objetivas condiciones desventajosas, un economista de consulta de Fernández comentó a este diario que no existen motivos para no cerrar rápido un acuerdo con el FMI porque no habría exigencias de un ajuste recesivo ni oposición a las actuales medidas económicas.

Las iniciativas fiscales para conseguir más recaudación estuvieron apuntadas a sectores medios altos y altos de la pirámide de ingresos. Por eso se lo define como un ajuste expansivo. Además, en materia previsional, favoreciendo el incremento de ingresos de la base de la pirámide y proponiendo modificar la pésima fórmula de movilidad del macrismo, para frenar la inercia indexatoria sin afectar a la inmensa mayoría de los jubilados.

El Fondo pide equilibrio fiscal; no reclama ahora cómo conseguirlo.
Por ese cambio de enfoque se comprenden los elogios, para muchos inesperados, que le regaló al gobierno a las pocas semanas de gestión.

No es un dato menor que el propio FMI está en aprietos con la Argentina, puesto que en una decisión financiera irresponsable, motivada por el diseño del cuadro geopolítico de los Estados Unidos para América Latina, concentró más de la mitad de la cartera crediticia en un solo deudor.

Especialistas en administración de diversificación del riesgo crediticio enseñan que no es conveniente para el acreedor quedar atrapado de la suerte de un deudor. En caso de que éste enfrente dificultades para pagar, el mayor problema lo tendrá quien prestó, no quien recibió los dólares.

Con el arma de negociación acerca de la corresponsabilidad del Fondo en la actual crisis de deuda, el gobierno de Fernández aspira a lograr una generosa refinanciación de los vencimientos del megacrédito.


Kristalina


El patrón del FMI es Estados Unidos y el sello al acuerdo será político, además de las cuestiones técnicas. El doble salvataje al gobierno de Macri vía el Fondo es el antecedente más reciente de la apuesta fallida de Trump a un gobierno de derecha en Argentina.

Ese auxilio financiero tuvo el respaldo de la entonces titular del FMI Christine Lagarde, quien dejó el cargo para pasar a ocupar la presidencia del Banco Central Europeo, desde noviembre pasado. Quien la reemplazó fue la búlgara Kristalina Georgieva. En un reciente artículo publicado en "Diálogo a fondo", el blog del FMI sobre temas económicos de América Latina, expuso un renovado enfoque para la histórica tradición de políticas de ajuste del organismo.

Georgieva plantea en "Reducir la desigualdad para generar oportunidades" que en la última década la desigualdad "se ha convertido en uno de los problemas más complejos y desconcertantes de la economía mundial". Detalla varias desigualdades: de oportunidades, intergeneracional, entre mujeres y hombres y de ingresos y riquezas. Afirma que esas desigualdades, en muchos países, están en aumento, y que hay que tener voluntad para abordarlas. Indica que ejecutar reformas para atender ese problema "es difícil desde el punto de vista político", pero menciona que los réditos "en materia de crecimiento y productividad valen la pena".

Aquí es donde aparece un cambio en la visión de la nueva conducción del FMI respecto a las anteriores, al señalar que es necesario replantear el problema y, antes que nada, en lo que se refiere "a políticas fiscales y tributación progresiva".

Es ilustrativo el siguiente textual de Georgieva: "La progresividad de los impuestos es un aspecto fundamental de una política fiscal eficaz. Nuestras investigaciones muestran que en el segmento superior de la distribución del ingreso es posible elevar las tasas marginales de impuestos sin sacrificar el crecimiento económico".

La titular del FMI propone cobrar más impuestos a los ricos y, además, asegura que esa mayor carga no afectará el crecimiento. Esto va en línea con el ajuste expansivo de Fernández que subió impuestos a los sectores de mayor capacidad contributiva.

Las medidas de emergencia de Fernández y el artículo de Georgieva permiten cerrar el círculo para comprender el inmediato apoyo al rumbo económico por parte del FMI, luego del desastre macrista.


Gasto social


Georgieva también avanza en resaltar la importancia de las políticas sociales para combatir la desigualdad. Indica que "cuando están bien concebidas, pueden ser fundamentales para mitigar la desigualdad del ingreso y sus efectos negativos en la desigualdad de oportunidades y la cohesión social".

Informa acerca de un nuevo estudio del FMI que muestra que el incremento del gasto social necesario varía considerablemente entre los países. Para detallar que en áreas clave, como salud, educación e infraestructura prioritaria, las economías de mercados emergentes necesitarían aumentar el gasto todos los años, hasta que se sitúe en alrededor de 4 puntos porcentuales del PIB en 2030. En un país en desarrollo de bajo ingreso situado en la media, estima que esa cifra debería ser de 15 puntos porcentuales del PIB.

Brinda pistas acerca de cuál es la actual orientación del FMI respecto al gasto social. Apunta que las iniciativas del organismo para corregir la desigualdad han sido incorporadas en sus labores de supervisión, préstamos, investigación y fortalecimiento de las capacidades, y que eso continuará en el próximo decenio.

Detalla que "una de las piedras angulares de la manera en que abordamos las cuestiones relacionadas con la inclusión económica es nuestra estrategia de gasto social". Parte de la premisa de que el gasto social tiene que ser no solo suficiente sino también eficiente, y que debe estar financiado de forma sostenible. Para sentenciar que "estos conceptos no son meros indicadores; son los principios rectores sobre los que se asienta el asesoramiento que brindamos en materia de políticas".

Pone por ejemplo que si el gasto social es insuficiente para lograr los Objetivos del Desarrollo Sostenible o para proteger a una proporción significativa de hogares pobres y vulnerables, "entonces es necesario incrementarlo". Apunta además que las cambiantes condiciones demográficas elevarán los temas relacionados con la sostenibilidad fiscal al primer plano en los debates sobre gasto social, incluido el gasto en salud y pensiones. Para sentenciar que "lo más importante es mitigar los efectos adversos del ajuste en los pobres y los vulnerables".


Cuatro patas


En el armado de la mesa para un nuevo acuerdo con el FMI, las cuatro patas que lo sostienen son el gobierno argentino, la tecnoburocracia del Fondo, Estados Unidos y Wall Street.

1. Alberto Fernández y su ministro Guzmán han dado muestras de estar dispuestos a avanzar en negociaciones amigables, eludiendo los tradicionales condicionamientos del organismo. Podrán abrazarse a los postulados de combatir la desigualdad que expone la compañera Georgieva para conseguir una refinanciación de los abultados vencimientos de la deuda con el FMI.

2. Georgieva y el staff técnico del FMI necesitan con urgencia un acuerdo que les permita dar vuelta la página del fracaso anotado con el gobierno de Macri. Después de la sucesión de fiascos de los '90, la crisis de 2008 le permitió al FMI recuperar un papel relevante en el sistema financiero internacional. Una eventual debacle argentina con el Fondo detrás volvería a arrojar al organismo a un espacio público de cuestionamiento generalizado acerca de su funcionamiento e intervención en los países.

3. Estados Unidos utiliza al FMI como un brazo financiero del despliegue de su geopolítica en la región. La prueba más reciente fue el aval al préstamo récord a la administración Macri, que se había subordinado en forma total a los intereses estadounidenses. Ahora se ha abierto otro juego de presiones con el gobierno de Fernández en relación a las crisis en Venezuela y en Bolivia.

4. Los fondos y bancos de inversión de Wall Street, interesados en una refinanciación de la deuda que no implique una quita de capital elevada y les permita reiniciar un ciclo positivo de negocios con la deuda argentina, pueden ser un actor último y determinante para inclinar a Estados Unidos a brindar el apoyo a un nuevo acuerdo del FMI con Argentina y, después, a la refinanciación de la deuda con los privados.

En este juego a cuatro bandas se definirá la negociación de la deuda en los próximos meses, que será el necesario puente a cruzar para llegar a la base para iniciar un programa de recuperación y posterior crecimiento económico, condición imprescindible para reafirmar la legitimidad política del gobierno de Fernández.

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tommy271

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El plazo que fijó el Gobierno para negociar la deuda crea dudas entre los inversores

Hasta ahora el Gobierno recibió propuestas y evalúa a las instituciones que rastrearán en manos de quién están los títulos públicos. Los analistas evalúan poco probable llegar a abril con el tema resuelto.


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tommy271

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Las buenas noticias (y las advertencias) del FMI a la Argentina

ECONOMÍA20 Enero 2020 - 10:01

El organismo estima que Brasil, principal socio comercial del país, acelerará su crecimiento. A nivel global, la estimación es de 3,3% positiva.


Liliana Franco







Un moderado crecimiento y menos riesgos de desaceleración en la economía internacional presenta la última actualización del informe Perspectivas de la economía mundial (WEO en sus siglas en inglés) difundido hoy por el Fondo Monetario Internacional.

En lo que respecta a la Argentina, una de las mejores noticias es la aceleración en el crecimiento esperado para Brasil, el principal socio comercial del país. Tras registrar subas algo superiores al 1% en los dos últimos años, el principal socio del Mercosur aceleraría su crecimiento a 2,2% en 2020 y a 2,3% en 2021.

Bajo el título “¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, el informe del FMI proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021.

Estos porcentajes implican una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales para 2019 y 2020 y de 0,2 para 2021, en comparación con las cifras presentadas en la edición de octubre del mismo informe.

La corrección a la baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de crecimiento correspondientes a los próximos dos años. En unos pocos casos, aclara el Fondo, esta revaluación también tiene en cuenta el impacto del mayor malestar social.

Por el lado positivo, la actitud de los mercados se ha visto estimulada por:

  • Indicios que la actividad manufacturera y el comercio internacional están llegando a un punto de inflexión dados los estímulos monetarios.
  • También por los avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China
  • Por menores temores de que se produzca un Brexit sin acuerdo.


Particularmente, para América Latina se sigue proyectando un crecimiento relativamente bajo aunque en ascenso, ya que se proyecta una recuperación de un 0,1% estimado en 2019 a 1,6% en 2020 y 2,3% en 2021 (0,2 y 0,1 puntos porcentuales menos que lo señalado respectivamente en el informe WEO de octubre).

Las revisiones se deben a un recorte de las perspectivas de crecimiento de México en 2020-21, entre otras razones por la continua debilidad de la inversión, y a una importante revisión a la baja del pronóstico de crecimiento para Chile, que se ha visto afectado por la tensión social.

Estas revisiones están en parte compensadas por una revisión al alza del pronóstico de 2020 para Brasil, gracias a una mejora de la actitud tras la aprobación de la reforma de las pensiones y la disipación de las perturbaciones de la oferta en el sector minero.

En momentos en que la Argentina está tratando de aumentar sus exportaciones, la marcha del comercio internacional es un dato que importa. El volumen del comercio mundial subiría 2,9% y 3,7% en el año en curso y 2021, en ese orden (tras el magro crecimiento de 1% calculado para 2019). Las materias primas (excluidos combustibles) subirían marginalmente (1,7% en 2020 y 0,6% en 2021), en tanto que el petróleo retrocedería algo más de 4%.

En donde se seguiría diferenciando la Argentina es en materia de inflación. El Fondo proyecta que la suba de los precios al consumidor en los países emergentes y en desarrollo sería de 4,6% en 2020, que se contrapone con el 40% o más que prevén las consultoras privadas para el país durante el año en curso.


Riesgos


Con todo, el FMI advierte que “los datos macroeconómicos mundiales aún no arrojan señales visibles de que se esté llegando a puntos de inflexión”. Si bien la proyección de crecimiento de base es más débil, “la evolución desde el cuarto trimestre de 2019 deja entrever un conjunto de riesgos para la actividad mundial menos sesgado a la baja que en el informe WEO de octubre de 2019”.

Estas incipientes señales de estabilización podrían persistir y a la larga reforzar el vínculo entre el gasto de consumo, que sigue siendo resiliente, y un repunte del gasto de las empresas.

No obstante, el Fondo alerta que “los riesgos a la baja siguen siendo importantes, e incluyen la agudización de las tensiones geopolíticas, particularmente entre Estados Unidos e Irán, el aumento del malestar social, un nuevo empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y sus socios comerciales, y una profundización de las fricciones económicas entre otros países”. Y agrega que “la materialización de estos riesgos podría provocar un rápido deterioro que daría lugar a una caída del crecimiento mundial por debajo del nivel de base proyectado”.

En cuanto a las recomendaciones del organismo internacional, se señala que “para afianzar la actividad económica y prevenir los riesgos a la baja, es indispensable lograr una cooperación multilateral más sólida y una combinación más equilibrada de políticas a nivel de los países, teniendo en cuenta el espacio monetario y fiscal disponibles”.

Los objetivos principales siguen siendo desarrollar la resiliencia financiera, afianzar el crecimiento potencial y fomentar la inclusividad. Este último punto, el referido a la inclusividad, es de particular importancia para la Argentina que en sus últimas negociaciones con el Fondo ha logrado una flexibilización de las exigencias del organismo contemplando los serios problemas que el país enfrenta en el campo social.

Las buenas noticias (y las advertencias) del FMI a la Argentina
 

tommy271

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Anche oggi giornata poco significativa, per la chiusura dei mercati USA per il Martin Luther King Day.
Dunque, nessuna novità ... anche se la settimana che si apre sarà molto importante per via della scadenza del bono della Provincia di Buenos Aires del 26 gennaio.

A detta degli operatori, c'è tempo sino a mercoledì 22 per giungere ad un accordo "amichevole" senza alzare steccati.
In caso contrario, se Kicillof resterà sulle sue posizioni di non pagare l'ammortizzazione in scadenza ... si entrerà poi successivamente nella fase del grace period.

Alcuni dubitano però della reale volontà di arrivare ad un default (in mancanza di accordo) ed all'ultimo momento si troveranno i soldi per pagare.
Diversi, invece, sono quasi certi che si arriverà ad un accordo per attivare le CAC's.
Altri pensano che Kicillof andrà per la sua strada, per cui non rimarrà altro che dichiarare il default sulla Provincia. Poi - forse - si procederà per chiedere l'accelerazione sugli altri bond.

Vedremo cosa accadrà.
 

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