Titoli di Stato area non Euro ARGENTINA obbligazioni e tango bond (23 lettori)

noname

Forumer attivo
Il FMI sembra ben disposto almeno per ora. Volente o nolente, aggiungerei.
Però siamo ancora al tempo dei buoni propositi, più avanti vedremo, sempremente :) imho.
 

tommy271

Forumer storico
La settimana che si apre sarà particolarmente interessante sul fronte argentino.
Per chi ha tempo e voglia di seguire i post chilometrici di quell'inutile formuner di Tommy271, avrà modo di tenersi aggiornato - con la stampa argentina - dell'evoluzione della discussione sulla ristrutturazione del debito e sull'importante scadenza del 26 gennaio dove la Provincia di Buenos Aires dovrebbe ottemperare ai suoi obblighi contrattuali (grace period a parte).
 

tommy271

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Alberto sube a Kicillof al avión a Israel por la crisis de la deuda

POLÍTICA 20 Enero 2020 - 00:00

El Presidente no quiere descuidar la postergación del vencimiento de un bono emitido por la provincia que podría tener impacto en el proceso de renegociación de obligaciones ante el FMI.

Ezequiel Rudman








Relaciones exteriores pero también urgencias locales. Alberto Fernández viajará mañana a Israel, en su primera visita oficial a un país desde que asumió el 10 de diciembre, y subió al avión a Axel Kicillof tras el anuncio de incapacidad de pago de la provincia del bono BP21. El Presidente sigue de cerca el proceso bonaerense de renegociación de la deuda que tendrá impacto en las negociaciones que Martín Guzmán deberá llevar adelante ante el Fondo Monetario Internacional y los tenedores privados de deuda a nivel nacional.

El Gobierno de la provincia de Buenos Aires propuso prorrogar hasta el 1 de mayo el pago de un vencimiento de capital previsto para el 26 de enero. En paralelo, desde la Casa Rosada advirtieron que no habrá un salvataje de esa deuda con fondos nacionales para testear el desenvolvimiento de esa renegociación.

“Los acreedores entienden bien la solución que le presentamos. Este año la provincia tiene 2.900 millones de dólares de vencimientos de deuda. Nosotros aclaramos que hay cuestiones y prioridades que vamos a atender, porque no dejaremos a los sectores que la están pasando tan mal sin alimentación, sin cuestiones básicas y con las escuelas rotas”, dijo Kicillof este fin de semana en una entrevista.

El viaje de Fernández a Israel tendrá también impacto en el apoyo que Estados Unidos debería dar en el FMI, como socio mayoritario, para acceder a nuevo plazos de pago de los u$s 44.000 millones que el organismo desembolsó en el país durante la gestión de Mauricio Macri.

El encuentro en Jerusalén se perfila además como la primera oportunidad para que el mandatario argentino mantenga reuniones bilaterales con líderes mundiales, pero esa agenda no está confirmada aún. Además del ruso Vladímir Putin y el francés Emmanuel Macron, el jueves participarán del Foro “Recordando el Holocausto y luchando contra el antisemitismo” el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, la mayor parte de los líderes de Europa, el príncipe de Gales y el presidente israelí, Reuven Rivlin.

La comitiva que acompañará al Presidente estará integrada por la primera dama, Fabiola Yáñez; el canciller Felipe Solá, el designado embajador en ese país, Sergio Urribarri, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, además de Kicillof, y el diputado Eduardo Valdés, según información suministrada por Cancillería.

El viernes, cuando concluya el foro, Fernández partirá rumbo a la Argentina, para llegar a Buenos Aires el sábado. La última semana, cuando se conoció la decisión del mandatario de asistir a los homenajes, el director del Departamento de América Latina en la Cancillería de Israel, Modi Ephraim, había considerado que su presencia “es una muestra del compromiso del Gobierno argentino en la lucha contra el antisemitismo” y destacó “la importancia que tiene la relación con la colectividad judía argentina, la más grande y la más importante en América Latina”, según declaraciones a la agencia de noticias AJN.

Pero el viaje a Israel no será la única presencia oficial cuando se conmemoran los 75 años de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz. Según la información oficial, la Argentina estará presente en la recordación de ese aniversario que se realizará en Oeswiecim (Polonia) el 27 de este mes, con una delegación encabezada la embajadora en ese país, Ana María Ramírez.

Desde la Cancillería recordaron que la Argentina es el único miembro pleno de América Latina de la organización internacional “International Holocaust Remembrance Alliance” (IHRA), de la que forma parte desde 2002, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde. En ese marco, el actual embajador en Bélgica, Pablo Grinspun, asistirá a la reunión convocada por el ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, en su carácter de presidente de la IHRA, que se celebra en Bruselas.

Se trata de una reunión de trabajo que culminará con la adopción de un documento de mucha significación para la continuidad de los esfuerzos realizados desde 2000 y la reafirmación de los países miembros de continuar la lucha contra el antisemitismo, según la información previa al evento.

Mientras tanto, en la Argentina -siguiendo lo establecido en 2005 por las Naciones Unidas que instituyó el 27 de enero como “Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto”- esa fecha también tendrá su acto recordatorio. La ceremonia estará a cargo del “Capítulo Local de la IHRA”, conformado por los ministerios de Justicia y Derechos Humanos, de Educación y de Relaciones Exteriores y Culto, junto a instituciones de la sociedad civil. Esa conmemoración fue declarada “de interés nacional” por el Poder Ejecutivo en 2010, cuando Cristina Fernández de Kirchner ejercía la Presidencia.

Alberto sube a Kicillof al avión a Israel por la crisis de la deuda
 

tommy271

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Semana clave para la deuda: dos provincias en la mira de mercados y ruego al Vaticano

ECONOMÍA20 Enero 2020 - 00:00

Expectativa por posibles derivaciones para Buenos Aires, el eventual efecto sobre la renegociación nacional y por eventual catarata de reestructuraciones.

Alejandro Colle









La atención de los mercados estará concentrada esta semana en el grado de adhesión de los bonistas a la propuesta del gobernador Axel Kicillof para postergar al 1 de mayo el vencimiento de capital de un título de la provincia de Buenos Aires, el BP21, por 250 millones de dólares. Este miércoles vence el plazo para que al menos 75% de los tenedores de ese título provincial presten su conformidad al reperfilamiento del capital y acepten cobrar el 26 de enero solo los intereses por u$s27 millones.

El dato es clave porque para el cómputo no califica la deuda que está en manos de entes estatales o empresas del sector público. Solo los tenedores privados cuentan a la hora de manifestar el consentimiento. E importa el grado de adhesión, por las posibles derivaciones para la provincia de Buenos Aires, por el eventual efecto sobre la próxima renegociación de la deuda nacional y también por los temores de que se esté asistiendo al prólogo de una catarata de reestructuraciones de las obligaciones subsoberanas, cuya lista encabezaría Chubut.

El fin de semana circuló un informe reservado de una sociedad de Bolsa con sede en Uruguay especializada en clientes institucionales referido al panorama de la renta fija argentina. El trabajo de 9 páginas de TPCG Financial Services sostiene que en opinión de sus analistas, será difícil para Kicillof alcanzar el 75% de consentimiento. ¿El motivo? Que se trata del pedido de reestructuración de un bono aislado, mientras que está pendiente la renegociación del resto de la deuda provincial. Y subraya que, aún si la Provincia lograra postergar los vencimientos más allá de 2020, todavía necesitaría financiar obligaciones por el equivalente a unos 2.200 millones de dólares. Nada fácil, sabiendo que el ministro de Economía nacional, Martín Guzmán descartó un rescate a Buenos Aires y no se percibe mayor apertura en el mercado de crédito voluntario. Por otra parte, si como dijo el gobernador no tiene la plata para pagar ahora, qué hace pensar que la tendrá en apenas 3 meses más.

El trabajo de TPCG remata con una frase inquietante: si no alcanzara el porcentaje crítico de 75%, es probable que La Plata defultee no solo el capital sino también los intereses del BP21. Esa eventualidad podría ensombrecer la estrategia nacional, que consiste en cumplir el pago de intereses mientras duren las conversaciones para la reestructuración. ¿Dejará Alberto Fernández caer a Kicillof, mientras que a otras provincias las asistió con partidas de 1.000 millones de pesos?

El panorama comenzará a despejarse este miércoles con el resultado de la solicitud de consentimiento, y el 26 que es el día previsto para el pago. En caso de no reunir 75%, a partir del lunes próximo, la Provincia tiene 10 días de gracia antes de ser declarada en default. Si esto ocurriera, arrastraría al resto de la deuda provincial, ya que las cláusulas de cross-default dispararían la aceleración de los restantes compromisos.

El número final importa a los analistas porque podría ser considerado un indicio de lo que podría esperar el Tesoro nacional en el intento por reestructurar la deuda soberana. Para este caso el gobierno del presidente Alberto Fernández busca obtener el aval del FMI, que ya se pronunció a favor de las políticas puestas en marcha por la nueva administración, y cuya directora gerente, Kristalina Georgieva, ya tomó contacto con el representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos.

A principios de febrero las autoridades del Fondo y de la argentina se verían las caras en un seminario que organiza en Roma la Pontificia Academia de Ciencias Sociales con una agenda centrada en la solidaridad y la inclusión. Del mismo participará el papa Francisco y fuentes políticas aseguran que el Vaticano se involucraría más allá de una recomendación de apoyo a la Argentina. Días antes de esa reunión, está previsto el encuentro de Francisco y Alberto Fernández en la Santa Sede. Hay quienes hablan de algo inédito: ¿garantía del Vaticano para las obligaciones que surjan de la reestructuración?

En tanto, también seguirá de cerca el mercado lo que suceda con Chubut, que ya manifestó la necesidad de renegociar los pagos de capital del bono provincial que vence en 2026. La intención del gobernador Mariano Arcioni es la de lograr el consentimiento de los acreedores para postergar 4 años el pago del capital y recortar en 50% el pago de intereses. El objetivo final es el desafectar las regalías de gas y petróleo que figuran como garantía para el cumplimiento de la deuda y que en caso de incumplimiento retiene automáticamente la firma Pan American Energy. Para poder reestructurar, Arcioni necesita también 75% de adhesión de los tenedores del bono garantizado Chubut 26 (PU26), que fueron emitidos bajo Ley Nueva York.

Para la mayoría de los analistas, la provincia que está fuera de cualquier sospecha es Córdoba además de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), que la semana pasada logró colocar en el mercado local 9.400 millones de pesos en un bono a 3 años, a tasa Badlar más 8,25% anual. La cifra equivale a poco menos de u$s150 millones, que Horacio Rodríguez Larreta prevé utilizar para la cancelación de u$s180 millones del bono CABA21 que vence el mes próximo.

En el caso de Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti se despegó de Kicillof asegurando que su provincia cumplirá en tiempo y forma con los compromisos de deuda local. Claro, la provincia mediterránea solo tiene obligaciones previstas por 35 millones de dólares entre febrero y marzo próximos. Por el momento, fueron más los ruidos que las certezas respecto de la renta fija y eso de alguna manera enfrió el clima positivo que venía arrastrando en alza a los títulos soberanos.

Semana clave para la deuda: dos provincias en la mira de mercados y ruego al Vaticano
 

tommy271

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El BCRA en alerta:comienza período clave hasta el 31-M

ECONOMÍA20 Enero 2020 - 00:00

De ahora en más lo que haga el ente monetario será determinante para la inflación del primer semestre. La gente también tendrá voz y voto. En en el interín se develará el misterio del 31 de marzo.

Jorge Herrera







El más menos 54% de inflación con el que cerró el 2019 no sorprendió a nadie. Para este año los pronósticos privados orillan, si todo sale bien, entre el 40 y el 44%. Si bien algunas voces oficiales manifestaron su inquietud por las altas tasas de inflación tanto el accionar del BCRA a cargo de Miguel Pesce como el del Gobierno en su conjunto permiten aventurar que no es un tema que desvele al oficialismo.

Por ende, el sector privado se prepara para convivir con otro año de alta inflación. Era obvio que no se le podía exigir al Gobierno entrante un derrumbe de la tasa de inflación en el corto plazo, sobre todo luego de haber descartado comenzar con la opción de implementar un plan de estabilización. Pero el horno no está para bollos. No hay mucho margen para experimentos.

El Gobierno aspira, en el corto plazo, a ir desacelerando las expectativas inflacionarias bajo el imperio del control de cambios, de un tipo de cambio real estable, de un acuerdo de precios y salarios junto con un mesurado accionar del BCRA.

Sin embargo, lo que acontezca de ahora en más y hasta fines de marzo será clave para lo que está por venir. Es que a partir de ahora debería comenzar a regresar al sistema financiero gran parte de la emisión de dinero inyectada en el último tiempo. La actual política monetaria es mucho más laxa que la del Gobierno anterior, que vale decir, de mucho no sirvió para bajar la inflación. Pero en el actual contexto macro puede implicar jugar con fuego.

En ese sentido la demanda de dinero tiene la palabra. Puede esperarse que denominada demanda de dinero transaccional, o sea, la que demandan las personas para sus gastos domésticos se ajuste, un poco, al nuevo espectro de precios internos. Pero más allá del efecto inflacionario no cabe esperar que el público quiera tener más pesos en su poder de los que tenía antes de fines del año pasado.

El nivel de actividad sigue adormecido, por ende, la demanda vinculada al devenir de la economía se mantendría estable. Entonces, salvo que reaccione la demanda de dinero con fines especulativos no parecería que el BCRA enfrentará un escenario de mayor demanda de pesos. De ahí, la inquietud oficial por retener parte de los pesos emitidos entre noviembre y diciembre pasado en el sistema financiero vía colocaciones a plazo fijo indexadas por inflación.

Es cierto que el público tiene bien restringido el acceso a las divisas para atesorar (solo u$s200 mensuales más el 30% de impuesto) pero siempre bajo el imperio de los controles surgen mercados sustitutos siendo el “dólar blue” la expresión tradicional del sentido de supervivencia criollo. Es seguro que parte de lo que está por venir se reflejará en las brechas cambiarias respecto del tipo de cambio oficial. A las empresas se le complica canalizar excedentes en el mercado cambiario informal pero al público en general no, de modo que puede verse mayor presión sobre el “blue”.

La laxitud del nuevo BCRA también se plasma en las tasas de interés de referencia. Lo que hasta ahora no se tradujo, por ejemplo, en una mayor oferta crediticia. Ello con crecientes expectativas inflacionarias. Las tasas de interés pasivas, que los bancos ofrecen a los ahorristas, han bajado sustancialmente volviéndose netamente negativas. Por lo tanto no se descarta una merma en el stock de depósitos privados.

Hay numerosos estudios que demuestran que la inflación tiende a responder a movimientos más amplios en los agregados monetarios, que a su vez se correlacionan con la base monetaria, con cierto retraso. Si bien el Gobierno aplicó un ajuste para equilibrar las cuentas fiscales, aún el BCRA debería continuar financiando parte del déficit del Tesoro con emisión. A lo que se suman los vencimientos de deuda en pesos, que de no lograr su roll-over implicará más emisión monetaria. Además el BCRA tendrá que emitir para comprar las divisas generadas por el superávit comercial lo cual implicará una fuerte absorción de no mediar un aumento de la demanda de dinero. Se tiene que por delante el BCRA tiene más para emitir que para absorber.

El horizonte se despejaría, en parte, si por alguna causa el público está dispuesto a tener más pesos en sus bolsillos o en sus cuentas bancarias. Por lo pronto, a cruzar los dedos hasta el 31 de marzo que Dios sabe de qué se trata esa fecha límite. Se puede patear la pelota para adelante pero todo tiene sus costos, sobre todo, para la economía.

El BCRA en alerta:comienza período clave hasta el 31-M
 

tommy271

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Saud: "Aunque la renegociación sea amigable, hay que bajar el gasto"

ECONOMÍA20 Enero 2020 - 00:00

Saud destacó que las tasas negativas complicarán el proceso de desinflación y que generarán una ampliación de la brecha cambiaria. Alertó sobre la situación de deuda en la provincia de Buenos Aires.

Caetano Mohorade






Por más que la renegociación de deuda sea amigable, los acreedores probablemente van a pedir algún tipo de ajuste. Así lo estimó Martín Saud, senior trader de Balanz Capital, al señalar que en el programa fiscal, el Gobierno ha anunciado una suba de impuestos, pero no una baja del gasto, lo que tendrá un impacto negativo sobre el crecimiento.

En diálogo con Ámbito Financiero, el analista destacó, además, que los problemas de deuda de la provincia de Buenos Aires podrían afectar a la reestructuración de los soberanos y advirtió sobre el fenómeno de tasas negativas.





Periodista: Hoy en día, todo parece pasar condicionado a la renegociación de la deuda.

Martín Saud: En este último mes, desde principios de diciembre, hubo mucho optimismo en torno a la renegociación de la deuda. Antes estaba todo muy castigado; los inversores estaban viendo un escenario que desde Balanz nunca consideramos, que era el de una quita muy agresiva, de más del 50%. Pero ahora se empezaron a hacer la idea de que habrá una quita más amigable, rondando el 20% del capital, cortando los cupones los primeros años y después llevándolos a los niveles originales; obviamente, extendiendo la parte corta de la curva. A partir de que se empezó a ver este escenario, los bonos largos empezaron a subir con mucha fuerza. En lo que respecta a la curva en pesos, también se empezó a hacer la idea de que no habrá quita. Sí, por ahí, haya una extensión de los vencimientos de corto plazo, pero al ser la mayoría de tasa variable, mucho no impacta este estiramiento. Esta mejor perspectiva hizo que los bonos CER casi triplicaran su valor en el último mes y medio.

P.: También preocupan los vencimientos de la provincia de Buenos Aires.

M.S.: Es algo que hace bastante daño. Nosotros pensábamos que era bastante difícil que la Nación ayudara, pero había cierta esperanza, ya que estás en medio de la renegociación de la deuda soberana. Un default de la provincia de Buenos Aires, que representa a más del 40% de la población del país, en medio de la negociación (que aún no comenzó) con acreedores privados y el FMI va a ser bastante negativo para los bonos y para el proceso en general. Es más, muchos de los acreedores que tienen bonos de la provincia también tienen soberanos. El Gobierno puede haberse comprado un problema por u$s250 millones, que no era un monto tan significativo. Por lo que entendí de las declaraciones de Guzmán, la Nación va a ayudar en lo que es el pago de intereses, pero no para el capital. Allí, habrá que renegociar.

P.: ¿Cómo están viendo el tema de la brecha cambiaria?

M.S.: La tasa del mercado, la de las cauciones, ha registrado una fuerte caída en este último tiempo y ya opera por debajo del 30%. Lo mismo ha ocurrido con las cuentas remuneradas de los bancos. Lo más probable es que este proceso genere presiones sobre las brechas, dado que habrá más incentivos a dolarizar. El costo de comprar dólares hoy en día no es tan grande. También hay incentivos para que las empresas, al menos las que estaban más dolarizadas y que estaban vendiendo dólares para cubrir gastos localmente, con tasas en un 29%, quizás prefieran tomar un préstamo en pesos. Esto podría generar presiones sobre el tipo de cambio en enero y febrero. Probablemente, el cepo cambiario no será modificado, al menos por este año, así que el impacto no se verá reflejado sobre el dólar oficial, sino sobre las cotizaciones alternativas, impactando así en la brecha cambiaria.

P.: Las tasas negativas volvieron para quedarse. ¿Qué implicancias estás viendo?

M.S.: Este fenómeno es bueno para el consumo, pero al mismo tiempo genera inflación y se traslada al tipo de cambio. Con tasas reales negativas, el dólar tendería a subir más que la tasa. Así, los inversores, en vez de estar colocados en pesos, comenzarán a dolarizar sus carteras. Considerando estas cuestiones, creo que el Gobierno va a tener problemas para bajar la inflación. Puede ser que se mantenga tranquila unos meses, si logran un buen acuerdo de precios y salarios, pero, eventualmente, la expansión monetaria va a ir a inflación y a la brecha. Si bien por el momento las exportaciones no están trabadas, si se empiezan a frenar, con un dólar más atrasado, te puede afectar al balance de la cuenta comercial, llevando a una nueva devaluación del tipo de cambio. Pero lo más importante es que la mayor oferta de pesos se verá reflejada sobre la inflación y la brecha. Por el momento, no veo que haya un riesgo de hiperinflación en el corto plazo. Para eso, se necesita que haya también una fuerte caída en la demanda de dinero, no sólo a través de la expansión de la oferta.

P.: ¿Hay temores de que se vuelve a achicar el mercado con el nuevo gobierno?

M.S.: Para mí el mercado se va a achicar un poco, de hecho, ya se achicó. No creo que volvamos a lo que era antes porque hay inversores que están adentro, que tienen bonos. Hay una gama más amplia de opciones, y creo que esos fondos, al menos por unos años, van a seguir estando. Fijate lo que pasó en diciembre: tenían casi la mitad de la emisión del BOPOMO, y en vez de tomar los pesos y salir vía contado con liqui (CCL), se llevaron un bono nuevo. Creo que esos inversores, por ahora, van a seguir. Si bien se va a achicar con respecto a lo que es el volumen operado, no creo que volvamos a los niveles del 2015.

P.: ¿Qué riesgos ven en el corto plazo, más allá de la renegociación de la deuda?

M.S.: El Gobierno todavía no anunció ningún ajuste del gasto. Con la nueva Ley se registró una suba en la carga impositiva, lo cual es recesivo. Esto, además, choca con el plan de no ajustar y alcanzar el equilibrio fiscal a partir de mayores impuestos y crecimiento. Por el momento, el programa fiscal no me cierra, dado que se busca reducir el déficit con crecimiento, al mismo tiempo que le estás poniendo trabas. Si siguen sin anunciar ajustes en el gasto, por más que la renegociación de deuda sea amigable, eventualmente va a haber problemas en la dinámica de mediano plazo. Esto es algo que los acreedores están mirando; y lo más probable es que pidan algún tipo de ajuste.

P.: Más allá de los 180 días que el Gobierno se ha tomado para analizar la situación, parece haber cierto consenso para evitar atrasar tarifas y tipo de cambio, como ocurrió en otro momento.

M.S.: Está claro que no van a hacer lo que hicieron antes, porque ya vimos a dónde nos llevó. Las tarifas siguen un poco atrasadas y creo que, en el mejor de los casos, aumentarán en línea con la evolución de la inflación, de los salarios o de una combinación de ambos. Es probable también que el Gobierno permita que se atrasen un poco. Eso no está descartado.

P.: Esto debería pegarle a las empresas…

M.S.: Las acciones de las empresas ya fueron golpeadas. No tengo claro si todo el impacto fue descontado, pero es muy difícil ver que haya un upside importante si las empresas se van a seguir atrasando. Esto te impacta sobre los planes de inversión. Si bien podés aguantar por un tiempo de esta manera, en el largo plazo, si las tarifas siempre pierden contra la inflación, te vas a quedar sin producción energética. Con esto, no me refiero a la producción de Vaca Muerta; ahí va a depender más del futuro del país. Es muy probable que a la producción de combustible le hagan excepciones y les dejen exportar gran parte para compensar el menor precio en el mercado interno, entre otras medidas.

P.: ¿Están viendo algún driver en el mercado de acciones? ¿Qué sectores tienen mayor potencial con este Gobierno?

M.S.: Por esto que contaba de Vaca Muerta, me gusta YPF. Tuvo cierto rebote en el último tiempo, pero sigue en niveles bastante bajos. Si queremos que el país a largo plazo camine, YPF es la primera empresa a la que le tiene que ir bien. Después, hay otras empresas que fueron muy castigadas con las elecciones y quizás no se justifica tanto esta caída. Para dar algún ejemplo, IRSA o Cresud son bastante sólidas. Después, las empresas que se dedican al consumo masivo, que es uno de los sectores sobre los cuales se va a enfocar este Gobierno, deberían andar bien. Los bancos, por su parte, están muy castigados, pero sabemos que no es un sector que el Gobierno va a intentar apuntalar. Probablemente deban otorgar créditos a tasas reales negativas.

P.: ¿Y en el de bonos?

M.S.: Hay bonos corporativos que están bastante atrasados que ofrecen cerca de un 20% en dólares y en este contexto, quizás deberían rendir la mitad. Después, hay provincias con números bastante ordenados, como Córdoba, Mendoza o Santa Fe, que están siendo un poco más castigadas de lo que debería. En lo que son bonos soberanos, estás un poco más complicado porque todo depende mucho de lo que vayan a hacer con la reestructuración y con el programa fiscal. Y la verdad es que ya han subido mucho. Si yo tuviera que hacer una apuesta, no la haría por este lado. Iría por algo más seguro. Córdoba es una provincia bastante segura, por ejemplo, dado que su gasto está enfocado en infraestructura y es algo que, en definitiva, no es tan difícil de bajar.

P.: El contexto internacional parece haberse calmado un poco en las últimas semanas.

M.S.: Está bastante mejor de lo que fue el año pasado. La guerra comercial entre Estados Unidos y China parece que ya está llegando a su fin. Y Trump nos sorprendió a todos cuando tuvo el incidente con Irán, pero respondió más diplomático que otra cosa. Y eso es bastante positivo. No veo muchos problemas este año, más allá de que tenemos elecciones en EE.UU. Los principales problemas que se estaban contemplando parecen encaminados.

Saud: "Aunque la renegociación sea amigable, hay que bajar el gasto"
 

tommy271

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Horas decisivas para la deuda en dólares de Buenos Aires y Chubut

AMBITO NACIONAL20 Enero 2020 - 00:00

El miércoles vence el plazo para la adhesión de los bonistas a la propuesta de reperfilamiento que ofreció Kicillof. En la Patagonia define la política.

Florencia Arbeleche







Los gobiernos de Buenos Aires y de Chubut inician una semana clave en relación al proceso de reperfilamiento de sus deudas en dólares. En simultáneo con el viaje a Israel que Axel Kicillof encarará junto a Alberto Fernández en las próximas horas, su ministro de Economía, Pablo López, intensificará las conversaciones con los acreedores del bono BP21, cuyo vencimiento de capital por 250 millones de dólares opera el 26 de enero, en busca de un acuerdo para postergar el pago al 1 de mayo. Ese plazo para la aceptación expira el miércoles.

“Estamos en conversaciones constructivas con más de 75% de los acreedores”, resumió el fin de semana López, y recordó que desde el inicio de la gestión de Kicillof la administración bonaerense “trabaja en un proceso de diálogo con los bonistas porque la provincia necesitaba un alivio financiero de corto plazo”.

El título provincial fue emitido en 2011, durante la administración de Daniel Scioli y bajo ley extranjera (Nueva York), lo que determina la necesidad de que el Gobierno bonaerense cuente con el aval del 75% de los tenedores para no caer en default. Algo que, en rigor, y siempre y cuando la Provincia no efectivice el pago, recién podría ocurrir en febrero debido a los plazos de gracia que establecen las condiciones iniciales de la emisión del título.

Sí aseguran en La Plata que habrá, en cambio, cumplimiento con el desembolso de los 25 millones de dólares de intereses que operan en esa misma fecha. “Serán depositados en tiempo y forma”, aseguró el funcionario bonaerense.

“La verdad, como lo dijimos desde el primer día en que asumimos, la situación de la caja de la provincia es compleja, y no tenemos capacidad de pago para afrontar el pago del vencimiento, independientemente de lo que digan”, subrayó López en respuesta a Hernán Lacunza, su antecesor en el gobierno de María Eugenia Vidal, quien aseguró la semana pasada que el gobierno de Kicillof sí tiene los recursos para hacer frente a ese compromiso pese a los argumentos oficiales.

El otro caso que se define esta semana es el de Chubut. Al igual que Buenos Aires, la provincia busca reperfilar un bono, Bocade 2026 (7,75%), por 650 millones de dólares, cuyos intereses por 12,5 millones de dólares vencen este mes.

Para ello, la administración de Mariano Arcioni deberá contar con la autorización de la Legislatura. Ese trámite se activará este jueves en sesión extraordinaria, sin demasiadas garantías de apoyo político, debido a que el pedido para reperfilar parte de la abultada deuda en divisa que tiene la provincia forma parte de un amplio proyecto de ajuste que incluye un resistido congelamiento de los salarios públicos por 180 días, entre otros ítems.

Buenos Aires y Chubut comparten un mismo patrón inicial en este proceso de negociación por sus deudas en dólares. Ambas recibieron la misma indicación del ministro Martín Guzmán: paguen intereses, difieran capital. ¿Cuál sería la razón? Algunos observadores de esas gestiones coinciden en una única mirada: los casos de estos distritos podrían funcionar como globo de ensayo de la negociación macro que el Gobierno nacional debe encarar con los acreedores de la deuda y el FMI.

Horas decisivas para la deuda en dólares de Buenos Aires y Chubut
 

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